top of page

El peso de la expectativa

Por Carlos Villareal

ree

Hablar de la presión que sentimos los jóvenes no es una queja ni una excusa generacional; es una oportunidad para entendernos mejor y compartir lo que muchos sentimos en silencio. Detrás de cada joven que aparenta tener todo bajo control, hay un sinfín de presiones invisibles que lo acompañan a cada paso. Presiones que vienen de la familia, de la escuela, de la sociedad… y, sobre todo, de uno mismo.


Vivimos en una época donde ser joven parece sinónimo de “lograr cosas”. Si no estás avanzando, sobresaliendo o destacando, parece que estás fallando. Pero nadie habla del costo emocional que eso puede tener. Nadie enseña lo difícil que es cumplir con las expectativas de todos sin perderse en el intento. Escribo esto porque, de alguna forma, todos hemos sentido esa carga. Y entenderla es el primer paso para no dejarnos aplastar por ella.


Esta presión es silenciosa. Empieza con frases como: “tienes tanto potencial”, “vas a llegar lejos”. No se trata de culpar a quienes nos dicen estas cosas; casi siempre vienen desde la intención de apoyarnos. El problema surge cuando dejamos que esas palabras definan nuestro valor. Cuando creemos que lo que otros esperan de nosotros es más importante que lo que nosotros esperamos de nosotros mismos.


Muchos jóvenes viven en tensión entre lo que son y lo que se espera que sean. Queremos cumplir con todos: ser buenos hijos, buenos estudiantes, buenos amigos. Pero debajo de tantas expectativas hay una persona intentando encontrarse. Y esa búsqueda se vuelve cada vez más difícil si olvidamos que la única persona con la que debemos sentirnos suficientes es con nosotros mismos.


A veces sentimos que no hay espacio para equivocarnos, para probar algo diferente o para cambiar de opinión. Y es que las expectativas, aunque vienen con buena intención, pueden convertirse en cadenas invisibles que limitan nuestra creatividad, nuestra libertad y nuestra manera de vivir. Sin embargo, reconocerlas no es una excusa para culpar a otros; es un acto de conciencia. Es entender que lo importante no es lo que esperan de nosotros, sino cómo decidimos responder a eso sin perder nuestra esencia.


Y, sin embargo, también es importante reconocer algo: esta presión es, de cierta forma, un privilegio. No todos los jóvenes tienen la oportunidad de soñar, de aspirar, de tener opciones. Muchos no cargan con exigencias porque ni siquiera se les da la posibilidad de imaginar un futuro distinto. Entonces, cuando nosotros —quienes sí tuvimos acceso a educación, a espacios de crecimiento, a entornos seguros— nos ahogamos en nuestras propias metas, vale la pena detenernos y mirar alrededor. Comprender que la presión que sentimos proviene de oportunidades significa que tenemos la posibilidad de construir algo grande.


Sí, la presión agota. Nos recuerda que se espera mucho de nosotros, pero también significa que hay alguien que cree en ti, que te ve capaz. El reto está en no dejar que ese ideal nos consuma y en aprender a escucharnos primero a nosotros mismos. Porque aunque la expectativa pese, también nos recuerda que podemos alcanzar algo más. La clave está en decidir cómo vivir esa presión: como impulso, no como limitante.


La carga se vuelve más evidente cuando sentimos que cada error es una caída sin red. Nos exigimos ser perfectos a los 20, exitosos a los 25 y estables a los 30… todo al mismo tiempo. Pero la verdad es que no lo somos. Y no tenemos por qué serlo. Ser joven también significa equivocarse, probar, explorar, aprender y redefinir lo que queremos en cada etapa. No todo tiene que ser brillante ni inmediato.


A diario vemos ejemplos de jóvenes que se comparan constantemente con otros. Revisan las redes sociales y sienten que todos avanzan más rápido, que todos logran más, que todos son más felices. Pero no vemos el contexto detrás de cada logro ni las dificultades que cada uno enfrenta. Esa comparación es injusta y dolorosa. Por eso, aprender a medirnos únicamente con nosotros mismos se vuelve esencial. La única opinión que realmente importa es la nuestra, y el único estándar con el que debemos sentirnos suficientes es el que construimos para nosotros mismos.


Esa necesidad de complacer a todos nos hace olvidar lo esencial: vivir con autenticidad. La sociedad nos hace creer que la vida es una competencia, cuando en realidad es una construcción personal y colectiva. Nadie tiene el mismo punto de partida, y compararnos constantemente solo aumenta el vacío. No todo fracaso es un final; a veces es simplemente un cambio de dirección, un aprendizaje que nos fortalece para lo que viene.


Aprender a reconocer el privilegio sin dejar que la culpa nos consuma es fundamental. No se trata de sentir vergüenza por tener oportunidades, sino de usarlas con consciencia. De entender que si tenemos la posibilidad de equivocarnos y volver a intentarlo, eso ya nos coloca en un lugar de ventaja frente a muchos otros jóvenes. Y ese conocimiento debería motivarnos, no paralizarnos.


La presión no desaparecerá, pero podemos transformarla. Podemos convertirla en impulso, no en carga. En motivación, no en miedo. Y, sobre todo, podemos recordarnos cada día que ser suficiente empieza con uno mismo. Que nuestra valía no depende de lo que otros esperan, sino de cómo nos vemos y nos aceptamos a nosotros mismos.


Al final, vivir a nuestro ritmo, conscientes de lo que somos y de lo que tenemos, sin olvidarnos de mirar atrás y extender la mano a quienes no tuvieron las mismas oportunidades, es lo que nos permite avanzar sin perder nuestra esencia. La presión existe, sí. Pero también enseña. Y si aprendemos a cargarla con humildad, propósito y autenticidad, puede dejar de ser un peso… para convertirse en un camino.


Reflexiona y recuerda que, aunque el mundo tenga expectativas sobre ti, la única opinión que realmente importa es la tuya y tu capacidad de sentirte suficiente contigo mismo.


Carlos Villareal

Comentarios


Screenshot 2025-07-15 at 12.55.02 p.m..png
Screenshot 2025-07-01 at 11.17.31 a.m..png
Screenshot 2025-06-17 at 11.48.04 a.m..png
Screenshot 2025-05-12 at 4.45.27 p.m..png
Screenshot 2025-04-07 at 11.51.47 a.m..png
Screenshot 2025-03-11 at 1.11.49 p.m..png

SIGUENOS EN NUESTRAS REDES SOCIALES

  • Ser Empresario Podcast

Libramiento Regional 8334-C -  Tel: (656) 602-6650 - Revista Mensual

bottom of page