México construirá en 2026 la supercomputadora más grande de Latinoamérica: un salto histórico hacia la soberanía tecnológica
- Ana Paula Kiyama
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Por Ana Paula Kiyama
México está a punto de dar uno de los pasos tecnológicos más ambiciosos de su historia moderna: la construcción de la supercomputadora pública más grande de América Latina, un proyecto que será formalizado la próxima semana y que marcará una nueva era para la ciencia, la innovación y la infraestructura digital del país.
El sistema, que llevará el nombre MareNostrum 5, forma parte del Plan México y comenzará a construirse en enero de 2026, de acuerdo con Jorge Luis Pérez Hernández, coordinador del Clúster Nacional de Supercómputo. Se trata de una alianza inédita entre el Centro Mexicano de Supercómputo y el Barcelona Supercomputing Center (BSC), uno de los centros de cómputo científico más avanzados del mundo.
La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que el proyecto representa una pieza estratégica en el fortalecimiento de la infraestructura científica nacional y será un motor para impulsar capacidades que hoy son necesarias para el desarrollo, la seguridad y la competitividad del país.
Una máquina al nivel de las grandes potencias
La futura supercomputadora será instalada dentro del Clúster Nacional de Supercómputo, y se perfila para ejecutar hasta 314 billones de operaciones por segundo, colocándola entre las más potentes del hemisferio occidental.
Mientras se concluye su construcción —un proceso que podría llevar entre 24 y 36 meses— México comenzará a utilizar parte de la capacidad instalada del BSC en Barcelona, lo que permitirá trabajar desde enero de 2026 sin retrasos.
Como parte del convenio internacional, 177 investigadoras e investigadores mexicanos iniciarán estancias formativas y de análisis en el BSC, con el fin de operar, programar y maximizar el rendimiento del sistema una vez que llegue al país.
Aplicaciones estratégicas para el país
La nueva supercomputadora no será un proyecto aislado, sino una herramienta de alto impacto para resolver desafíos nacionales. Entre sus usos principales destacan:
Predicción de fenómenos naturales
Permitirá generar modelos de clima y riesgos con mayor precisión, esenciales para prevenir desastres, mitigar daños y fortalecer la protección civil.
Seguridad y combate al contrabando
Procesará información aduanera y modelos de riesgo, lo que ayudará a detectar patrones de contrabando y actividades ilícitas de manera más rápida y eficaz.
Agricultura inteligente
A través del análisis de imágenes satelitales, contribuirá a identificar sequías, plagas y condiciones del terreno, impulsando la productividad del campo y la toma de decisiones en tiempo real.
Desarrollo de inteligencia artificial en español
El sistema será clave para entrenar modelos de lenguaje e IA con enfoque en español, posicionando a México como un referente regional en aplicaciones de inteligencia artificial pública.
Investigación científica avanzada
Abrirá nuevas rutas para el estudio de materiales, biomedicina, energía, movilidad urbana, física computacional y múltiples áreas que requieren capacidades de cómputo extremo.
Un paso hacia la soberanía tecnológica
La presidenta Sheinbaum destacó que esta infraestructura será pública, administrada y operada por el Estado mexicano, lo que representa un avance hacia la soberanía tecnológica, especialmente en un contexto global donde el acceso a datos, inteligencia artificial y cómputo de alto desempeño es clave para el desarrollo económico.
México ya cuenta con centros importantes de supercómputo en instituciones como UNAM, CINVESTAV y la Universidad de Sonora, pero ningún sistema se acerca a la escala que tendrá MareNostrum 5.
Su puesta en marcha abrirá una nueva ventana para que el país deje de depender de infraestructura extranjera en áreas críticas como clima, seguridad, agricultura e inteligencia artificial.
Un proyecto que marcará el sexenio
La presentación oficial del proyecto está programada para la próxima semana. Con ello, México confirma su intención de situarse a la vanguardia científica en la región y construir capacidades propias en áreas donde históricamente ha tenido que recurrir al exterior.
La construcción de MareNostrum 5 no solo representa una obra tecnológica: es una apuesta de país, un mensaje político y científico, y un punto de inflexión para el futuro de la innovación mexicana.










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